Sobre organizaciones tranquilas y con propósito

Después de mi publicación  Questions, questions and more questions for what’s possible after COVID19 durante las primeras semanas del confinamiento, todavía hay muchas preguntas sin respuesta. Pero los comportamientos observados de las personas, empresas y gobiernos me hacen pensar que tenemos que trabajar aún más duro para hacer posible el cambio (por no decir que soy menos optimista que durante el confinamiento).

Sigo preguntándome ¿cómo podríamos redefinir el éxito?. 

Creo que la pregunta es clave y  responderla podría cambiar totalmente la forma en que nos comportamos. Estamos estancados en el pasado y lo que la mayoría de las personas, empresas y gobiernos quieren para la “nueva normalidad” es ser lo más similar posible al pasado. Eso es una locura.

Después de hablar con muchos amigos y contactos en todo el mundo, mi suposición es que muy pocos cambios ocurrieron. Algunas empresas “se adaptaron rápidamente” al trabajo a distancia, pero lo que en realidad hicieron fue trasladar todos los vicios del mundo offline al mundo online. El mismo e interminable, lleno de reuniones de personas que terminan en la planificación de la próxima reunión. Los mismos objetivos de ventas y trabajo a presión. Sólo mover todo a digital linealmente y esperar resultados “normales” en estos tiempos que son “todo menos normales”.

Todavía tengo esperanza.

Pero para ser honesto, veo que “poner a las personas  en el centro” se ha vuelto popular entre muchos equipos sólo porque así pueden avanzar en sus objetivos de negocio/área, y no por una intención honesta de preocuparse por los clientes, los empleados, agentes interesados  o el entorno en el que vivimos. 

Pero incluso si lo intentan, estamos encerrados en un sistema que está enfocado en el crecimiento y en la optimización de las ganancias y la minimización de los costos. Los equipos comerciales son incentivados para que se centren en vender más, sin importar lo que pase; los equipos de RRHH, TI, Finanzas, Compras, son incentivados para que se centren en optimizar el ahorro, sin importar lo que pase.  Y cuando retrocedemos, siempre se nos dice “así es el mundo real” o “no entiendes la vida”. Pero a pesar de eso, algunos de nosotros todavía queremos que las empresas se vuelvan más decididas y que consideren los beneficios más allá de los retornos financieros. Pero, ¿cómo podrían las empresas tener más determinación y pensar más allá de los beneficios financieros si se centran en los resultados a corto plazo y en el aumento del valor para los “accionistas”?

Estaba a punto de rendirme, pero gracias a la recomendación de un libro del buen Pablo, he encontrado It Doesn’t have to be crazy at work la idea de una “empresa tranquila” de Jason Fried y David Heinemeier Hanson fundadores de Basecamp. Y parece que hay esperanza. Así que aquí hay algunas preguntas que podrían llevarnos a una compañía más tranquila y quizá con un propósito:

Si queremos iniciar una revolución de cambio, ¿qué pasa si consideramos las empresas como un producto? ¿sabes cómo usarlo? ¿tiene errores de software? ¿es útil? ¿usable? ¿es simple o complejo?

¿Qué pasa si dejamos de perseguir objetivos, pero en su lugar se buscan resultados claros que importan? Los objetivos tienden a ser números falsos por el simple hecho de establecer metas. Además, como sabemos, perseguir objetivos “ambiciosos” podrían llevar a las acciones “sin importar qué” que van en contra de nuestros propios intereses de centrarnos en las personas: ¿Has tratado de dejar tu compañía telefónica cuando los representantes del servicio de atención al cliente tienen objetivos de retención de clientes? ¿O has visto un proyecto que está enfocado en cumplir los objetivos financieros pero que implica agotar a todo el equipo? Como dicen Jason y David, los objetivos pueden ser tan simples como permanecer en el negocio, o servir bien a sus clientes, o tener un lugar encantador para trabajar. Sólo porque “los objetivos que importan son difíciles de cuantificar no significa que no sean importantes”